Liberación del Cardenal Mindszenty , durante el levantamiento anticomunista. |
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Hace 50 años, el 8 de febrero de 1949, el régimen comunista de Hungría condenaba a cadena perpetua al Cardenal Josef Mindszenty, arzobispo de Esztergom y primado de Hungría, acusado de "alta traición, espionaje, amenaza a la seguridad del Estado y tráfico de divisas". Los comunistas intentaban así aniquilar y enterrar definitivamente la figura de un Purpurado que se caracterizó, durante toda su vida, por una firme denuncia del marxismo y por rechazar cualquier forma de acuerdo o entendimiento con el régimen revolucionario.
Auténtico Pastor dispuesto a dar la vida por sus ovejas
Sin embargo, los comunistas se
equivocaron en sus siniestros cálculos y fue el efecto inverso lo que
se produjo. La heroica resistencia del Cardenal Mindszenty hizo que su
estatura moral fuese creciendo con la adversidad y con las torturas
sistemáticas de que era objeto, hasta transformarse en un símbolo de los
católicos anticomunistas no sólo de Hungría sino del mundo entero. Fue
él un auténtico Pastor dispuesto a dar la vida por sus ovejas.
Brillante carrera eclesiástica
Cardenal Josef Mindszenty, arzobispo de Esztergom y primado de Hungría |
Largo via crucis
Dos años más tarde, en 1948,
comenzará el largo via crucis del Purpurado. En este año los comunistas
expropian las escuelas, inclusive las católicas. La firme y pública
oposición del Cardenal Mindszenty a dichas medidas lo convierte en un
blanco prioritario del régimen, que intentará de todos los modos
posibles quebrar, destruir y relegar al olvido la figura del eminente
Purpurado que ha conseguido catalizar en torno de sí las sanas
reacciones anticomunistas del pueblo magiar.
Aprisionado, torturado, condenado
Cadena perpetua
El 8 de febrero de 1949, tras un
proceso-farsa que duró sólo tres días, el Cardenal es condenado a
cadena perpetua por "alta traición, espionaje, amenaza a la seguridad del Estado y tráfico de divisas".
Se hizo célebre una fotografía del Purpurado que lo muestra en el
banquillo de los acusados con la mirada aterrada, pero inquebrantable
en su decisión de cumplir el deber hasta el fin.
Cardenal Josef Mindszenty senta en el banquillo de los acusados |
El Cardenal Mindszenty permanece
preso durante ocho años, hasta el levantamiento del pueblo húngaro
contra la ocupación soviética, en octubre de 1956. Pero su libertad
dura sólo cuatro días, pues el 4 de noviembre dicho levantamiento es
aplastado por tanques soviéticos.
Largo cautiverio en la Embajada norteamericana
El Cardenal se ve forzado a pedir
asilo político en la embajada de los Estados Unidos en Budapest.
Comienza así un largo cautiverio de 15 años dentro de la propia representación diplomática
durante el cual los norteamericanos le prohibieron el contacto con cualquier persona, hasta con los propios funcionarios.
Sin embargo, la figura del Purpurado
continúa creciendo con la adversidad. A ese respecto, comenta el
eminente pensador católico Prof. Plinio Corrêa de Oliveira en uno de
sus artículos sobre el Cardenal húngaro, titulado "La gloria, la alegría, la honra":
"Como columna solitaria en medio de las
ruinas de su Patria, Mons. Mindszenty permanecía de pie dando
continuidad, con su conducta, a las grandezas religiosas y nacionales
del reino de San Esteban y preparando con su ejemplo la resurrección de
su pueblo. Al menos consolaba al Cardenal el apoyo valiente, firme,
continuo, de Pío XII. Sin duda, él tampoco desconocía que era blanco de
la admiración conmovida de la Cristiandad. Y, con tan firmes
cimientos, esa columna altanera iba enfrentando ilesa, a lo largo de
los años, las borrascas y los soles".
Paulo VI le solicita que parta al exilio
Fallecido Pío XII, añade el mencionado autor, "en
vastos sectores católicos la tendencia a la colaboración con el
comunismo fue haciendo menguar la admiración hacia el gran Cardenal".
En ese contexto, Paulo VI le pide que renuncie a su aislamiento en
medio de las ruinas de Hungría, y acepte el exilio. El gran Cardenal
obedece, partiendo al destierro el 28 de septiembre de 1971. Abandonar
para siempre su patria y su arquidiócesis fue el hecho "que le provocó el dolor más grande de su vida", afirma la agencia romana Zenit en reciente cable desde Budapest, rememorando esos hechos históricos.
"Nunca la voz de Pedro se mostró más poderosa
que al poner de rodillas a aquel varón altanero a quien ni la presión
conjunta de Moscú y de Washington había conseguido doblegar", afirma
por su parte el Prof. Corrêa de Oliveira en su citado artículo. (C.
A. Nosotros no diríamos "la voz de Pedro", ya que la de Montini no lo
era, por ser él un usurpador, sino la voz de un "hereje traidor").
Pablo VI le da como residencia una
torre austera y solitaria en los Jardines del Vaticano. Después de una
breve estadía en Roma, Mons. Mindszenty parte a Viena desde donde
proyectará sobre la patria cercana su influencia bienhechora.
Viena: presiones contra el Cardenal
Cardenal Mindszenty confesando |
"Comienza entonces la persecución", analiza Plinio Corrêa de Oliveira en otro artículo sobre la admirable figura del Cardenal Mindszenty, titulado "Como quiere Budapest", donde enumera varios hechos en ese sentido, tomados de las propias "Memorias" del Cardenal.
Ejemplos históricos
Por su interés histórico, mencionamos algunos de esos ejemplos.
* Mons. Mindszenty pide que le sea
devuelta la facultad de indicar sacerdotes para las comunidades
húngaras en el extranjero. Amarga decepción: el pedido es rechazado por
el Vaticano para no "incomodar al régimen de Budapest", según asevera
el Cardenal.
* Con el mismo fin de "no incomodar
al régimen de Budapest" la Santa Sede da un paso más, determinando que
todas las declaraciones públicas del gran Prelado sean sometidas a un
consejero indicado por Roma. Mons. Mindszenty responde que las someterá
"sólo al Santo Padre, quando éste explícitamente lo pida".
* Facilitando la política de Roma, los obispos húngaros nombrados por Paulo VI -pero enteramente sujetos al gobierno húngaro-
comienzan a multiplicar junto a la Santa Sede protestas contra las
actividades anticomunistas de Mons. Mindszenty. Estalla entonces una
sorpresa-bomba: la Nunciatura en Viena informa al Cardenal que la
Santa Sede había dado una garantía al gobierno comunista húngaro,
durante las tratativas de 1971 que conducirían al Purpurado al exilio,
de que una vez puesto en libertad éste nada podría decir que
contrariase las conveniencias de Budapest. Esta garantía, otorgada a ocultas del Cardenal, violaba lo más esencial de un acuerdo que estaba siendo negociado entre éste y el Vaticano.
A ese respecto, comenta Plinio Corrêa de Oliveira: "Mediante
tal concesión al gobierno húngaro, Paulo VI empleó la autoridad
conferida por Nuestro Señor Jesucristo a San Pedro, con el fin de forzar al Cardenal a no contrariar los planos del imperialismo comunista.
Las llaves de Pedro funcionando según los deseos de ateos,
perseguidores implacables de la Religión: ¿qué es esto sino una bomba,
probablemente la mayor bomba en la Historia de la Iglesia, desde
Pentecostés hasta hoy?"
La destitución del Cardenal Mindszenty
Cardenal Cardenal Mindszenty y papa Paulo XI |
Gloria de la Iglesia, honra de quienes continúan la lucha anticomunista
Concluye Plinio Corrêa de Oliveira en artículo escrito poco después de la destitución del Cardenal Mindszenty:
Profesor Plinio Corrêa de Oliveira |
"Mas, ¡oh, vana ilusión de los hombres!
Si cayó el Arzobispo al perder su diócesis, creció hasta las estrellas
la figura moral del Pastor que da la vida por sus ovejas. Al contemplar
el ejemplo de esta figura grandiosa, todos los católicos anticomunistas
del mundo -todos los católicos genuinos- nos embebemos de aliento, de
fuerza, de esperanza invencible. Y nuestra aclamación sube hasta la
gran víctima: 'Tu gloria Jerusalem, tu laetitia, Israel, tu
honorificentia populi nostri' (Judith 15, 10). ¡Eres tú la gloria de la
Iglesia, eres tú la alegría de los fieles, eres tú la honra de los que
continúan en la lucha sacrosanta!".
El Cardenal Mindszenty falleció a los 83 años, el 6 de mayo de 1975, y la Iglesia ha abierto su proceso de beatificación. Sin duda, nuestros hermanos Católicos chinos, quienes se encuentran en una situación analoga en nuestros tiempos, encontraran en él un seguro intercesor en el Cielo y un admirable ejemplo de santa intransigencia anticomunista.
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