martes, 31 de julio de 2018

¡LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO QUIERE DESTRUIR A LA FAMILIA ECUATORIANA!

Tradición y Acción pro Cultura Occidental, basada en los principios de la legítima defensa integral de la familia levanta su voz de protesta



El Ecuador Católico está siendo objeto de un cambio de costumbres artificial y destructivo de los principios cristianos, ya que la mayor parte de las reformas normativas, los proyectos de ley, y las decisiones de las altas cortes que han sido elaborados últimamente, si bien tratan de asuntos muy diversos, tienen un denominador común: de uno u otro modo buscan producir un cambio en la mentalidad y en el comportamiento de los ecuatorianos.

Se trata de un total cambio de paradigma, que se hace en nombre de los nuevos «dogmas» laicos de la tolerancia y de la no discriminación, y que, si no reaccionamos a tiempo, acabará demoliendo la institución de la familia en Ecuador.

Hoy nuestro país es blanco de la “ideología de género”, que quiere hacer del caos mental y del trastorno psicológico, nada menos que una bandera de lucha y un modelo a ser impuesto a toda la sociedad.

Es así como los promotores de esta perversa doctrina emplean el término “género” para justificar depravadas desviaciones sexuales por medio de la mal llamada construcción, o identidad, de género. El diccionario feminista Laroussa Ilustrada (sic) define la identidad de género como un simple “sentimiento de pertenencia al género femenino o masculino”. De este modo, haber nacido varón o mujer es secundario; lo que importa es “sentirse” —es decir, imaginarse veleidosamente— lo uno o lo otro; y ese fantasioso sentimiento puede no coincidir con nuestro sexo biológico. Actualmente ya se ha perdido la cuenta del número inventado de esos sentimientos (!!!). A todo momento nacen nuevas “identidades sexuales” como fruto de un subjetivismo desbocado y desnaturalizado.

¿Ahora, ecuatoriano, que diría usted si alguien indujera a un niño o adolescente de su entorno familiar a “reconocerse” del sexo opuesto al que nació? ¿O si le enseñara que siendo varón puede enamorar a otro varón, o siendo mujer, a otra mujer? ¿O que instruyera a su hijo o hija menor de edad sobre pretendidos “derechos sexuales y reproductivos” (eufemismo que engloba la noción de aborto como “derecho”)?

Adelantándonos de manera inequívoca a su opinión, osamos responder: ¡NO! ¡NO! ¡NO! Esto representa un abuso intolerable, una violencia moral, un atentado contra la integridad de la familia y la autoridad de los padres, pero, sobre todo, constituye una ofensa gravísima a Nuestro Señor Jesucristo, ya que esta ideología representa una radical ruptura con el propio orden de la naturaleza dado por Dios. No se trata solo de abolir las diferencias de sexo, sino de acabar también con la identidad misma de todas las especies de la tierra, las cuales ya no tendrían un orden orgánico jerárquico dentro de la paz de Cristo en el Reino de Cristo, que marque todos los aspectos de la sociedad y del Estado, al ser este reemplazado por un igualitarismo irracional y absoluto. Esta deformada concepción de la naturaleza humana es el fin último de la ideología comunista: “La anarquía total”.

Sobre la cabeza del pueblo ecuatoriano pende una espada que amenaza con herir de muerte la institución de la familia — elevada a sacramento por Nuestro Señor Jesucristo —  por efecto de los repudiables decretos ejecutivos 393 y 460, que pretenden implantar las distorsiones ya mencionadas.

Por eso ecuatorianos, les preguntamos: ¿Acaso no es lícito y hasta necesario defender la familia como Dios la estableció? ¿Acaso tiene el estado derecho de quebrantar la ley de Dios, quitando arbitrariamente el poder de los padres de educar a sus hijos como Él manda?  Es oportuno observar aquí que lo que se perfila en el horizonte constituye una verdadera supresión de la libertad religiosa, acompañada de una tácita, pero no por eso menos real, proscripción de las Sagradas Escrituras (Antiguo y Nuevo Testamentos) y el Catecismo católico, pues educar a los hijos en la observancia de los preceptos morales en ellas contenidos —vinculantes por su misma naturaleza— colocaría a los padres de familia en oposición a estas nuevas leyes, haciéndolos pasibles de sanción penal, verdadera persecución. Dice el apóstol Santiago: “Porque quien observa toda la Ley [los mandamientos], pero falta en un solo precepto, se hace reo de todos” (Sant. 2, 10).

Él, llamando a sí a un niño, le puso en medio de ellos, y dijo: En verdad os digo, si no os volviereis y os hiciereis como niños, no entraréis en el reino de los cielos. Pues el que se humillare hasta hacerse como un niño de éstos será el más grande en el reino de los cielos, y el que por mí recibiere a un niño como éste, a mí me recibe. Y al que escandalizase a uno de estos pequeñuelos que creen en mí, más le valiera que le colgasen al cuello una piedra de molino de asno y le arrojaran al fondo del mar. ¡Ay del mundo por los escándalos! Porque no puede menos de haber escándalos; pero ¡ay de aquel por quien viniere el escándalo! (Mateo 18, 2-7).

En conformidad con este pedido de Nuestro Señor, la Sociedad Ecuatoriana Tradición y Acción pro Cultura Occidental tiene como finalidad defender los principios básicos de la sociedad fundados en los valores tradicionales católicos de antaño, pues en el Ecuador nada hay de más precioso que la Civilización Cristiana heredada de nuestros mayores. La excelencia de esa civilización está magistralmente expuesta en el libro Revolución y Contra-Revolución, escrito por el insigne pensador católico Plinio Corrêa de Oliveira. Pero preservar dichos principios en nuestro país no es privativo de una institución sino un deber de conciencia de todo ecuatoriano verdaderamente patriota y lucido de nuestra realidad.

Por lo tanto, conscientes del pensamiento y el sentir católico de la inmensa mayoría de nuestra población, pedimos respetuosamente al Presidente de la República Lenín Moreno Garcés:     
   1. La derogación de los decretos ejecutivos No. 397 y 460 de 2018 y, en consecuencia, del Reglamento de la Ley Orgánica Integral para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, por constituir un auténtico caballo de Troya destinado a servir como un nuevo instrumento para la ilegítima captura, por parte del Estado, de íntimos ámbitos de conciencia y de libertad individual y, lo que es aún más grave, porque dicha norma vulnera gravemente el justo orden social y uno de los tesoros más grandes de la patria; a saber: la familia como entidad básica.

   2. El compromiso del señor Presidente de la República de vetar todo proyecto legislativo que menoscabe la protección de la vida de los ecuatorianos desde su concepción, consagrada a nivel constitucional (art. 45 C.E.), así como el compromiso de vetar todo proyecto legislativo que tenga como móvil o como efecto la usurpación del derecho natural de los padres de familia de criar a sus hijos de acuerdo con sus valores, tradiciones y creencias (consagrado también a nivel constitucional, –arts. 26 y 29 C.E.).

   3. Se garantice, mediante mecanismos idóneos basados en los valores tradicionales cristianos heredados de nuestros mayores, la participación efectiva de los padres de familia en la elaboración de todos los planes y contenidos educativos que en adelante serán aplicados a nivel nacional y seccional.

Excelentísimo señor Presidente, este pedido que respetuosamente le hacemos es justo y, como tal, debe ser atendido por las autoridades públicas con la probidad y urgencia debidas. El presente manifiesto es fruto, en original instancia, del amor patriótico que el cristiano pueblo ecuatoriano profesa a esta nación dulce y ampliamente mariana, como lo atestiguan sus portentosas advocaciones del Quinche, de El Buen Suceso, de las Mercedes, del Cisne, de La Dolorosa del Colegio, del Carmen, de la Natividad del Huayco, por mencionar solo algunas–; es fruto del amor a  la nación que llegó a tan altas cimas morales y materiales de la mano del gran presidente y estadista católico don Gabriel García Moreno, y que tiene la honra singular de haber sido ¡la primera en el mundo consagrada al  Divino Corazón de Jesús!

En medio de los días funestos que atraviesa la Civilización católica, invoquemos a la Santísima Virgen, como Madre de El Buen Suceso, para que apresure el camino de luz que nos conduzca, a través de las tinieblas, a su Divino y Adorado Hijo.

¡Oh! Madre de El Buen Suceso


¡Salvad a vuestro Ecuador Católico!


jueves, 26 de julio de 2018

El más grandioso portento de la Santísima Virgen de El Buen Suceso en tierras ecuatorianas, 77 años de "El Milagro del 41"



   
"De María nunquam satis"


    De María nunca se dirá lo suficiente.  Esta es una afirmación de San Bernardo, repetida por muchos mariólogos a lo largo de los siglos.

    Por más que se hable de la Santísima Virgen, esto jamás bastará, siempre habrá maravillas para hablar de Ella. Son tantos y tan bellos los aspectos de su grandeza y de sus sublimes virtudes, que nunca podrán agotarse las reflexiones sobre Aquella que excede  a todos los ángeles y santos. 

    Indiscutiblemente, es fundamental que esto sea así, pues Ella fue escogida para ser la más admirable de las meras criaturas, la obra maestra de la creación, y escogida para ser la digna Madre de Dios!

   En estos tiempos de tecnologías y de frenesís ilimitados, existen algunas verdades olvidadas (a veces, culpablemente olvidadas), incluso muchas de ellas cercadas por impresionantes campañas de silen­cio, relegadas a los más duros aislamientos y a los más crueles de los abandonos.
    
    A un ostracismo precisamente fue condenada la que sin lugar a dudas, representa la más grandiosa manifestación de la Santísima Virgen en el continente americano en los últimos siglos, bajo la Profética Advocación de Nuestra Señora de El Buen Suceso.

    Con motivo de celebrarse setenta y siete años del  ¨Milagro del 41¨, y con el propósito de realzar y de colocar en el sitio que se merece tan inefable portento de la Reina de los Cielos, una reseña sobre el mismo es lo que presentamos a continuación.

   La Imagen de Nuestra Señora de El Buen Suceso ha protegido el Convento de la Inmaculada Concepción de Quito, en donde se encuentra a lo largo de los siglos y ha sido instrumento de continuas gracias para la protección del Ecuador y de sus habitantes.

    Con su Báculo Pastoral, quiso llamarse de esa forma para gobernarnos siempre con buenos sucesos en todas las peticiones que le hiciéramos, tanto en el orden espiritual como en el orden temporal, convirtiéndose sin ninguna duda en la Soberana del Ecuador. Y con el fin de que su milagrosa Imagen fuese conocida en todo el país y el mundo, la Santísima Virgen realizaría el acontecimiento más extraordinario del siglo veinte en estas tierras.

    Había invadido el Perú en el año de 1941, territorio ecuatoriano, y ante esta emergencia el Arzobispo de Quito ordenó rezar Triduos en honor a las diversas advocaciones de la Santísima Virgen en las diferentes iglesias de Quito implorando el cese de hostilidades.

    El 24 de Julio se dio comienzo en la Iglesia de la Inmaculada Concepción al Triduo en honor a Nuestra Señora de El Buen Suceso. Tres días después, el Ecuador entero asistiría a la insigne predilección que por este país la Virgen ostenta.

    A partir de las siete de la mañana del domingo 27 de Julio de 1941, la imagen abrió y cerró sus ojos continuamente, su rostro tomó primeramente un color rojizo, luego otro similar al mármol. Una especie de neblina cubría la imagen y luego de desaparecer, dejaría verla en medio de un resplandor sobrenatural.

   Sus ojos que en posición normal los tiene hacia abajo, los levantaría poco a poco hasta quedar mirando al Cielo en actitud de súplica y posarlos luego repetidamente sobre los fieles.


Al día siguiente y en primera plana de los principales diarios ecuatorianos se noticiaba el maravilloso portento: Diario El Comercio, de Quito, del Lunes 28 de Julio de 1941
   

   Al correrse la noticia, miles de fieles invadieron el templo para maravillados, contemplar tan grande portento, quedando los acontecimientos internacionales de enorme magnitud relegados a segundo plano.
 
   Los maternales parpadeos de la Sagrada Imagen se darían durante todo aquel bendito día y durarían hasta las tres de la madrugada del siguiente. A las diez de la mañana del mismo día 27 se verificaba lo que luego se llamaría “el Milagro del 41” siendo presenciado por treinta mil personas. En la tarde del mismo día, los diarios anunciaban el cese de hostilidades del Perú contra nuestra Patria

  El día 28 de Julio y durante algunos días posteriores, las noticias relatando el maravilloso acontecimiento aparecían en los diversos diarios del territorio ecuatoriano. Así:

   Diario El Comercio,  28-29 de Julio, y 2 Agosto/1941
Diario El Universo,                     28 de Julio de 1941
Diario El Telégrafo,                    28 de Julio de 1941
Diario Ultimas Noticias,              28 de Julio de 1941
Diario El Debate (Vespertino)   27, 28, 29 Julio/1941
Diario la Sociedad,                   3 de Agosto de 1941
Diario la Voz Obrera,              10 de Agosto de 1941
Diario La Voz Católica de Loja, 5 y 12 de Octubre de 1941


 “Esta devoción será el pararrayo colocado entre la Justicia Divina y el mundo prevaricador, para impedir que se descargue sobre esta tierra culpable el formidable castigo que merece”.
  
    Delante del castigo provocado por los pecados del mundo actual y para obtener la conversión de los hombres y  ayudarnos a caminar en medio de las hecatombes que tan gravemente nos amenazan ¿qué podemos hacer? Nuestra Señora nos lo indica: el aumento en el fervor en la devoción a Ella, la oración, la penitencia”.


El Comercio, Quito, Martes 29 de Julio de 1941

    Pasaron setenta y siete años desde que Nuestra Señora de El Buen Suceso dispensara sus misericordias de manera tan maravillosa, apartando del panorama internacional el peligro de la guerra. No obstante en el Ecuador, - y evidentemente en todo el mundo - no se dio otra cosa sino la acentuación pavorosa de la impenitencia y de la apostasía, lo que conduce a temer que el castigo divino se vaya haciendo cada vez más inevitable.

    Hoy, el mundo entero gime en las tinieblas y en el dolor, precisamente como el hijo pródigo cuando llegó a lo último de la vergüenza y de la miseria, lejos del hogar paterno.

   La equiparación gradual de los sexos rumbo a la igualdad absoluta y el libertinaje completo. La aceptación de la más agresiva pornografía en la TV, en los diarios, revistas, cines, teatros, internet; el uso de trajes extravagantes tanto por hombres y mujeres; las prácticas contra la finalidad del sacramento del matrimonio, y la matanza de los inocentes; la legalización del divorcio y de las uniones homosexuales son hechos, entre muchos otros, a la vista de cualquier persona en la vida cotidiana, que levantan la interrogante: vivimos los días del inminente triunfo de la iniquidad?

    La vista de tantos crímenes sugiere naturalmente la idea de la venganza divina, y cuando miramos para este mundo pecador gimiendo en las torturas de mil crisis y de mil angustias, y que a pesar de eso no se penitencia; cuando consideramos los terribles progresos del neo paganismo que está en las vísperas de ascender como gobierno de la humanidad entera; cuando vemos por fin, la pusilanimidad, la imprevisión, la desunión de aquellos que aún no se pasaron para el mal, nuestro espíritu se llena de pavor en la previsión de las catástrofes que acumula sobre sí misma: los días de la impiedad están contados.


                                              
    Si Dios dejase actuar exclusivamente su justicia, cabe preguntarse si el mundo habría llegado hasta el presente siglo. Pero como Dios no es solamente justo sino también misericordioso, no se cerró aún para nosotros la puerta de la salvación. Una humanidad perseverante en su impiedad tiene todo para esperar de los rigores de Dios. Pero Dios que es infinitamente misericordioso, no quiere la muerte de esta humanidad pecadora, pero sí ‘que ella se convierta y viva’. Y por esto su gracia procura insistentemente a todos los hombres para que abandonen sus pésimos caminos y vuelvan para el aprisco del Buen Pastor.

   Si no hay catástrofe que no deba temer una humanidad impenitente, no hay misericordias que no pueda esperar una humanidad arrepentida. Y por tanto no es necesario que el arrepentimiento haya consumado su obra restauradora. Basta que el pecador aunque esté en el fondo del abismo, se vuelva hacia Dios con un simple comienzo de arrepentimiento eficaz, serio y profundo, que él encontrará inmediatamente el socorro de Dios que nunca se olvidó de él.

  Estas dos imágenes esenciales de la justicia y de la misericordia divina deben ser constantemente puestas delante de los ojos del hombre contemporáneo. De la justicia, para que él no suponga temerariamente salvarse sin méritos. De la misericordia, para que no desespere de su salvación, desde que desee enmendarse.

   E igual como en Quito en 1941, Nuestra Señora de El Buen Suceso ha alcanzado continuamente para nosotros los más estupendos milagros. ¿Tienen fin las misericordias de una Madre, y las de la mejor de las madres? ¿Quién osaría afirmarlo? Si alguien dudase, el Milagro del 41 le serviría de admirable lección de confianza. La Virgen nos ha de socorrer. En realidad Ella ya comenzó a socorrernos. En el mismo momento en que la impiedad parece triunfar hay algo de frustrado en su aparente victoria. Los días del dominio de la impiedad están contados. El Milagro del 41 nos invita a la confianza en María Santisima de El Buen Suceso.

  Más allá de las tinieblas, y de los castigos, para los cuales caminamos, tenemos ante nosotros las claridades. Si, son las claridades sacrales de la aurora bendita del Reino de María: 

 “Destronaré al soberbio Satanás, encadenándole en el abismo infernal, dejando por fin libre a la Iglesia y a la Patria de esa cruel tiranía”.

  Es una perspectiva grandiosa de universal victoria del Corazón regio y maternal de la Santísima Virgen. Es una promesa apaciguadora, atrayente y sobre todo majestuosa y que entusiasma.
  

domingo, 22 de julio de 2018

SEGUNDO DÍA - NOVENA A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE EL BUEN SUCESO


NOVENA
A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE EL BUEN SUCESO

Oración inicial para todos los días.

Oh!, Santísima Virgen María, Reina y Madre de El Buen Suceso, que te dignaste manifestar a través de la Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres, benemérita fundadora del Monasterio de La Inmaculada Concepción de Quito, la incomparable ternura de Vuestro Inmaculado Corazón, dejándonos maternales mensajes de salvación y regeneración.
Confiados y agradecidos de las inagotables bondades de Vuestra Misericordia, venimos a Vuestras Plantas para rendiros el tributo de nuestro amor y veneración.
Haced que vuestras palabras nos otorguen orientación y seguridad en medio de la actual confusión de los espíritus, para convertirnos en hijos fieles de la Santa Iglesia, dignándote alcanzarnos Buenos Sucesos para salvación de nuestras almas y de Vuestro querido Ecuador.  
 Así Sea.

Segundo día

¡Soy María de El Buen Suceso!

Un buen suceso se obtiene cada vez que, luego de una ardua labor, transformamos las cosas difíciles en los resultados esperados.

A lo largo de cuatrocientos años, la Madre de Dios en su advocación prodigiosísima de Nuestra Señora de El Buen Suceso, ha sido fiel refugio en las mayores necesidades y ha obtenido señalados portentos y especiales gracias para el pueblo ecuatoriano.
El Ecuador y el mundo, entregados hoy al banquete de las pasiones, extraviados en la noche oscura del error y navegando en los días trágicos del naufragio de los principios de la Santa Iglesia, tendrán como sustento en la Fe, como último rayo  de esperanza, precisamente a la Santísima Virgen de El Buen Suceso.

Es Ella la Reina y Soberana de la República del Ecuador, la cual, regida siempre bajo su cetro y báculo pastoral, se salvará moralmente bajo la égida de tal Gobernadora.

Pídase la gracia que desea alcanzar por la intercesión de la Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres. 
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V:   Santísima Virgen de El Buen Suceso.
R:   Ruega por nosotros.
V:   Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.
R:   Ruega por nosotros.


Oración Final para todos los días.

¡Oh, Señora de El Buen Suceso, que con mirada de predilección consideráis al Ecuador!

Atended a la tristeza de los días que atravesamos, caracterizados por la entera confusión de los espíritus.

Nuestros corazones se vuelven hacia el Vuestro en la búsqueda de una luz, una ayuda, un aliento.

Que todos nos empeñemos más que nunca en invocaros como Madre de El Buen Suceso, con la esperanza de que así apresuréis para nosotros, perturbados y confundidos, el Camino de Luz que nos conduzca, en medio de las tinieblas, a Vuestro Divino y Adorado Hijo. Así Sea.

MAGNÍFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí.
Su Nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. 
Él hace proezas con Su Brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de Su Misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo, Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén

 



PRIMER DÍA - NOVENA A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE EL BUEN SUCESO

NOVENA
A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE EL BUEN SUCESO

Primer día

Oración inicial para todos los días.

 Oh!, Santísima Virgen María, Reina y Madre de El Buen Suceso, que te dignaste manifestar a través de la Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres, benemérita fundadora del Monasterio de La Inmaculada Concepción de Quito, la incomparable ternura de Vuestro Inmaculado Corazón, dejándonos maternales mensajes de salvación y regeneración.
Confiados y agradecidos de las inagotables bondades de Vuestra Misericordia, venimos a Vuestras Plantas para rendiros el tributo de nuestro amor y veneración.
Haced que vuestras palabras nos otorguen orientación y seguridad en medio de la actual confusión de los espíritus, para convertirnos en hijos fieles de la Santa Iglesia, dignándote alcanzarnos Buenos Sucesos para salvación de nuestras almas y de Vuestro querido Ecuador.  
 Así Sea.

Preparación por los Ángeles.

En medio de oraciones y penitencias, el corazón de la Madre Mariana de Jesús Torres, se inundó de santa alegría, de nuevos transportes de amor, de deseos ardorosos del Cielo y de sufrir mucho más por su Divino Esposo.
El Arcángel San Gabriel, iluminándola con un rayo de luz, le anunciaba la inmediata presencia de la Reina de la Creación.

El Arcángel San Miguel fortalecía su débil corazón y lo ensanchaba para los más atrevidos emprendimientos  para la Gloria de Dios, de su Bendita Madre, y de su Comunidad.

Finalmente, el Arcángel San Rafael le aclaraba la mente, purificando su alma y preparándola para tratar íntimamente con la Soberana Reina.

¡Oh, Reina de los Ángeles, Madre insondablemente misericordiosa!  También nosotros queremos recibir la visita de los Arcángeles, para que ellos establezcan en nosotros la entrega total a Vuestros designios, nos conviertan en Vuestros auténticos y perfectos hijos, y nos ayuden a divulgar Vuestras Palabras por todo el mundo.
Pídase la gracia que desea alcanzar por la intercesión de la Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.

Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
V:   Santísima Virgen de El Buen Suceso.
R:   Ruega por nosotros.
V:   Sierva de Dios, Madre Mariana de Jesús Torres.
R:   Ruega por nosotros.

Oración Final para todos los días.

¡Oh, Señora de El Buen Suceso, que con mirada de predilección consideráis al Ecuador!

Atended a la tristeza de los días que atravesamos, caracterizados por la entera confusión de los espíritus.

Nuestros corazones se vuelven hacia el Vuestro en la búsqueda de una luz, una ayuda, un aliento.

Que todos nos empeñemos más que nunca en invocaros como Madre de El Buen Suceso, con la esperanza de que así apresuréis para nosotros, perturbados y confundidos, el Camino de Luz que nos conduzca, en medio de las tinieblas, a Vuestro Divino y Adorado Hijo. Así Sea.

MAGNÍFICAT

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí.
Su Nombre es santo y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. 
Él hace proezas con Su Brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de Su Misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, en favor de Abraham y su descendencia para siempre.

Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo, Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén

Cuerpo Incorrupto de la Madre Mariana de Jesús Torres


jueves, 19 de julio de 2018

San Elías que con fuego, ardía en celo por Dios y por la verdadera religión


Plínio Corrêa de Oliveira 

San Elias, padre espiritual de la
Orden del Carmen

La Orden Carmelita, la más antigua comunidad religiosa consagrada de modo especial a Nuestra Señora, tuvo como cuna el Monte Carmelo (Palestina), y como padre espiritual al Profeta Elías (980 a. C.)

El día 16 de julio celebramos los 767 años de la entrega, por parte de la Santísima Virgen María, del Escapulario del Carmen a San Simón Stock, en el año de 1251. Pero el origen de la Orden del Carmelo es mucho más remoto; fue fundada por el Profeta Elías, quien casi nueve siglos antes del nacimiento de la Virgen Santísima ya prestaba culto a aquella que vendría a ser la Madre del Mesías.

En conmemoración de esta gran fiesta carmelita, transcribimos a continuación una apreciación sobre Elías, pater et dux carmelitarum (Padre y jefe de los carmelitas), extraída de una exposición pronunciada el 27-10-90 por Plinio Correa de Oliveira - él mismo, durante muchos años, fue miembro de la Orden Tercera del Carmen, del Sodalicio Virgo Flos Carmeli. La Orden Tercera congrega a los laicos, mientras que la Primera congrega a los Sacerdotes y la Segunda, a las monjas.

"Después del reinado de Salomón, entre los héroes e ilustres varones de Israel se volvió eminente Elías, que extinguió con su celo y fuerza de alma, la idolatría y la impiedad introducidas por Salomón… Dios suscitó a  Elías que, como fuego, ardía en celo por Dios y por la verdadera religión... Efectivamente el celo de Elías mató más idólatras de los que convirtió”. (Comentario sobre el Scripturam Sacram, in Ecclesiasticum, XLVIII, 1)

San Elias acabando con los profetas de Baal ayudado por un ángel

Quien ama a Dios, odia y combate a sus adversarios

“Está en el espíritu de los hombres con mentalidad centrista decir que es más propio del católico construir que destruir. Por tanto, también es más propio el convertir de que combatir. Y por causa de esto, más vale la pena tener un espíritu de conciliación, de amabilidad, de afabilidad, un espíritu de confusión, de entrega — porque da en ello — y no combatir al adversario como debe ser combatido.”

“Esta fue una objeción que se ha hecho muchas veces contra ‘El Legionario’ [antiguo periódico católico dirigido por Plinio Correa de Oliveira en las décadas de 30/40] y contra “Acción Católica” en el tiempo en que yo las presidia. Infelizmente, en aquella época yo no conocía a Cornelio A. Lápide. Pero Cornelio, cuya autoridad hace ley, trata de eso perfectamente bien y elogia a Elías: mató más idólatras de los que convirtió.”

“Alguien podría decir: ‘pero no sé cómo justificar ese elogio a Elías, porque ¿no es mejor convertir de que combatir?”

“Yo respondo: ¡es evidente! Si se puede convertir una persona por un buen argumento, en vez de arrancarle la cabeza con la espada, se debe preferir convertir a esa persona. Eso es una cosa que entra por los ojos, es necesario ser un bárbaro para no pensar así. Pero la cuestión es que hay numerosos casos de personas que quedan esparciendo el mal de todos los modos, y que, si no se convirtiesen, es necesario combatirlas*, porque de lo contrario haría un mal a los otros.”

“En las épocas de mucha maldad, de mucha decadencia, los corazones de los hombres se vuelven duros, se vuelven refractarios a cualquier argumento, a cualquier buena acción, y pasan a esparcir el mal. Para impedir que ellos continúen diseminando el mal — por tanto, por odio al mal que ellos hacen y por amor a los buenos que ellos van perdiendo — es necesario combatirlos. No hay otro remedio.”

“El culpable de la represión no fue Elías, fue Salomón, que favoreció al pecado, que introdujo al pecado en el seno de Israel. Entonces, si un centrista queda indignado con la severidad de Elías, podemos refutarle diciendo: indígnese con el crimen de Salomón. Elías fue el médico, fue el cirujano que, por medio de la amputación, corto la gangrena que Salomón había inculcado en Israel. ¡Esa es la cuestión!”