miércoles, 30 de mayo de 2018

Corpus Christi: gran lección de combatividad de la Iglesia

La Iglesia Católica fue instituida por Jesucristo para enseñar la verdad. Ella no tiene el derecho de dar una enseñanza confusa porque la instrucción confusa no es una enseñanza digna de ese nombre.





Toledo (España), Cadetes de Infantería prestando homenaje al Santísimo Sacramento, en la fiesta de Corpus Christi

Estamos en la fiesta de Corpus Christi y me gustaría mostrarles algo al respecto de la razón por la cual esa fiesta fue instituida.


                    Procesión del Corpus Christi, Sevilla – Manuel Cabral y Aguado Bejarano -1857


Ustedes saben que los protestantes, herejes, negaron y niegan la presencia real de Nuestro Señor Jesucristo en el Santísimo Sacramento. Ese fue uno de los mayores escándalos ocurridos en la Iglesia en el siglo XVI, que fue un siglo de tantos escándalos. Los medievales tenían una profunda fe en el Santísimo Sacramento, en la presencia real y, por lo tanto, una devoción enorme ya sea a la Santa Misa, ya sea a la adoración del Santísimo Sacramento. Y los protestantes negaron brutalmente la presencia real.

Esa negación fue uno de los puntos de fractura entre protestantes y católicos y fue recibida por los católicos como uno de los peores ultrajes que jamás se haya cometido contra Nuestro Señor.
¿Cuál fue entonces la política, porque se puede aquí hablar de política en el sentido elevado del término, es decir, cuál fue la táctica pastoral usada por la Iglesia frente a ese hecho?

La Iglesia tenía dos caminos. Ella podía decir: “bien, nuestros hermanos separados protestantes están negando la presencia real. Si nosotros afirmamos protuberantemente la presencia real, aumentamos la separación. Como ellos no aceptan de ninguna manera ese dogma, en la medida en que nosotros lo afirmamos, ellos se apartan; entonces vale la pena que repensemos el dogma de la presencia real. Y, tomando en consideración que los tiempos cambiaron, porque el año 1500 estaba en buenas cuentas bien lejos del año 1 de la era cristiana, era muy natural que ahora expresásemos la presencia real en un vocabulario diferente que agradara a los protestantes. No sería una negación de la presencia real. ¡Esto jamás! Es un dogma definido por Nuestro Señor Jesucristo y, debido a esto, no diremos lo contrario de este dogma”.


                                          Proclamación del Dogma de la Infalibilidad Pontificia

“Pero, en vez de afirmar tan protuberantemente que Nuestro Señor está realmente presente bajo las apariencias eucarísticas, presente con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, podríamos decir lo siguiente: ¿Que es realmente esta presencia? Dios está presente en todas partes y los buenos amigos protestantes pueden entender que Dios está presente allí, como Él está, por ejemplo, presente en una flor, o cómo está presente en un pan cualquiera. Nosotros entendemos que no es así. Que está realmente presente con Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, pero no vamos a decir esto para no crear una división. Después, vamos a comenzar el diálogo. En el diálogo les decimos: ‘¿qué tal sería si volvemos a estudiar los fundamentos del dogma de la presencia real, para verificar, en conjunto, hasta que punto ese dogma tiene o no su fundamento en la Sagrada Escritura?’


El protestante diría: “su duda es hermana de la mía. Yo también quiero estudiar el asunto, como también usted quiere”. El quedará con una cierta impresión de que tengo duda, pero yo no dije que tengo duda.

Entonces comienza una conversación al respecto del Santísimo Sacramento en la que yo digo: “mire, sería más interesante, en vez de tomar una posición endurecida, que estudiemos cuál es el modo por el cual podríamos llegar a un acuerdo. De tal manera que de la tesis ‘Jesucristo está presente en realmente en la Eucaristía’, y de la antítesis ‘Jesucristo no está realmente presente en la Eucaristía’, pudiésemos deducir una tercera posición. Que no sería enteramente una ni otra cosa. Usted cede un poco, y yo cedo un poco. Y afirmaremos juntos que Jesucristo de hecho está presente en la Eucaristía. Ahora, si está presente sólo en cuanto Dios, o en cuanto Hombre-Dios, es un pormenor al respecto del cual cada uno de nosotros reclama su libertad de posición. Entonces, habremos llegado finalmente a una síntesis.

“Por esta forma, se podía haber evitado la ruptura entre protestantes y católicos y el mundo cristiano hoy sería unánimemente católico. Esto habría dado a la Religión Católica una fuerza, un vigor, una magnitud muy diferente de la tristeza de esa ruptura, de esa división que existe. Ustedes católicos, cuando ven las sectas protestantes pulverizadas y que de lo alto y de dentro de su unidad se reían de esa pulverización, ¿imaginan bien de qué desgracia se ríen? ¿De qué infortunio se están burlando? ¿Tienen una idea de cuánto esto representó para el relajamiento moral de este mundo protestante así dividido? ¿Cuánto representó de luchas, de divisiones, de dolores y de sufrimiento? La primera cisión partió de ustedes, cuando rechazaron nuestra novedad. Las otras cisiones ocurrieron en cadena, exactamente debido a ese rechazo que ustedes practicaron. Ustedes son los autores de los males de los cuales se quejan y ustedes se ríen de nosotros, siendo que ustedes nos redujeron al estado en que estamos”.

Si Satanás tuviese que hacer uso de la palabra, con más inteligencia y con más atractivo, diría más o menos la misma cosa.

Los Santos, los teólogos, los papas que vivieron en aquel tiempo, siguieron una política enteramente diversa. Y pensaron lo siguiente: la Iglesia Católica fue instituida por Jesucristo para enseñar la verdad. Ella no tiene el derecho de dar una enseñanza confusa porque la instrucción confusa no es una enseñanza digna de ese nombre. La enseñanza confusa es indigna. Aunque sea involuntariamente, y que el profesor por incompetencia, deje la confusión reinar sobre el contenido de lo que está enseñando, aunque sea involuntariamente, no es digno de ser profesor. 

Porque la claridad es la primera de las cualidades del profesor.

Por lo tanto, la primera exigencia de la enseñanza es ser clara. Si quien enseña no lo hace intencionalmente con claridad, es peor que un incompetente: es un deshonesto. Porque es una deshonestidad, es un fraude, que alguien se presente con la segunda intención de no dar la verdad entera, cuando es esto lo que se espera.

Si, de acuerdo a lo que pensaron aquellos grandes teólogos y Doctores, la Iglesia guardara silencio a ese respecto, oyendo los fieles una enseñanza confusa sobre una verdad indispensable para la salvación, Ella estaría haciendo un fraude a los fieles. Y estaría faltando a su misión.

En segundo lugar, si la Iglesia silenciase al respecto de la Eucaristía, haría que los fieles comulguen mal. ¿Quién puede hacer un acto de adoración al Santísimo Sacramento si no tiene certeza si allí está Nuestro Señor Jesucristo? ¡No es posible! Es decir, la Iglesia para mantener una unidad pútrida, sacrificaría la vida espiritual de sus fieles.

Los Padres del Concilio de Trento entendieron que era necesario hacer lo contrario. Y en oposición al protestantismo, acentuar el culto al Santísimo SacramentoInstituir una fiesta para la adoración del Santísimo Sacramento. Hacer una procesión en la que el Santísimo Sacramento saliera a la calle, adorado por todos, en que las multitudes lo adoran de rodilla en tierra, reconociendo que bajo las apariencias eucarísticas, allí está Nuestro Señor Jesucristo. E impulsar ese culto de todas las maneras, llegando a esa plenitud que es la adoración perpetua al Santísimo Sacramento, instituida por San Pedro Julián Eymard.

Era la política de enfrentar, de no conceder, de luchar, de afirmar, de proclamar. Era la política de la honestidad, de la lealtad, de la integridad, de la coherenciaDe ella vino para la Iglesia un torrente de gracias; exactamente las gracias de la Contrarreforma, que representaron una de las mayores lluvias de gracias que la Iglesia ha recibido.

Acentuar el culto al Santísimo Sacramento, a Nuestra Señora, la devoción al papado, fue la respuesta de la Iglesia al protestantismo. Una larga respuesta de 300 años, que se fue acentuando. En el siglo XIX, la proclamación de la infalibilidad papal, la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción y, en nuestros días, el dogma de la Asunción. Tuvimos una serie de afirmaciones, de instituciones, etc., desarrollando y afirmando aquello que el protestantismo negaba. De manera que cuanto más ellos persistían en su error, tanto más alto íbamos proclamando la verdad. Cuanto más ellos se dividían, tanto más nuestra unidad se afirmaba.

Hasta que otros vientos soplaron. Vamos a decir la verdad de frente: hay incontables católicos que ya no tienen más la coherencia de su fe. No tienen más la pugnacidad, no tienen más aquella integridad que caracteriza la institución cuando está viva.

                                                          Procesión de Corpus Christi en Orvieto (Itália). 

La Iglesia nunca disminuye de vitalidad, porque ella es inmortal. Ella es sobrenatural, ella es divina, pero la correspondencia de sus hijos puede disminuir y puede, por lo tanto, la densidad de la fe disminuir el espíritu de muchos hijos de la Iglesia. Ahora, en la fiesta de Corpus Christi, vemos como el coraje de proclamar los dogmas disminuyó y como, por consecuencia, hay una disminución de la fe, en incontables de esos que se dicen católicos.

La fiesta del Corpus Christi es la fiesta del Santísimo Sacramento, pero ella es una gran lección de combatividadAprendamos esa lección, y procuremos ser cada vez más combativos por amor a Nuestra Señora y por adoración al Santísimo Sacramento.


                 Video de Procesión del Corpus Christi en la ciudad medieval de Orvieto, Italia


Extractos de una conferencia dictada por el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira a un grupo de jóvenes, en São Paulo, Brasil, el 28 de mayo de 1970. 

viernes, 25 de mayo de 2018

Nuestra Señora de El Buen Suceso: Salvaguarda de la Fe ante la total corrupción de las costumbres

María Santísima Predice la derrota de la gente sin Fe, y el triunfo de la Reina de las Victorias, así, como también el reflorecimiento de la Iglesia 



Nuestra Señora de El Buen Suceso fue durante muchas décadas objeto de una especial devoción de parte del inspirador de este blog, el Prof. Plinio Corrêa de Oliveira, en cuya Imagen y en el “admirable Monasterio de las Monjas Concepcionistas de Quito” él veía un nexo con su vocación contra-revolucionaria* y con la obra que había fundado en el Brasil en 1960 y que inspiraría a las demás TFPs (Tradición, Familia y Propiedad) fundadas después en más de 20 países. A inicios de los años 70, el proprio Dr. Plinio encargó al Dr. Luiz Antonio Fragelli, en ese entonces recién llegado al Ecuador, de hacer las primeras indagaciones sobre Nuestra Señora de El Buen Suceso.

Campaña al pie de la Iglesia de la Inmaculada Concepción de Quito, en la década de los 80s

Desde entonces y en especial en los últimos veinte años, venimos empeñándonos en la difusión de dicha devoción, organizando y dirigiendo, a pedido de la Superiora del Monasterio, en la persona del Coronel H. Poli, varias iniciativas, en particular la del “Rosario de la Aurora”, en la ciudad de Quito, el día 2 de febrero de cada año a las 5 de la mañana, y al cual acuden en la actualidad cerca de veinte mil personas. Más recientemente, y como desdoblamiento de esta procesión, otras romerías se celebran en Guayaquil, Milagro y Santa Elena.

En la actualidad al Rosario de la Aurora en Quito asisten alrededor de 20.000 personas


En Guayaquil por ejemplo, y por motivo de la Fiesta de la Inmaculada Concepción, se llevan a cabo y casi simultáneamente, tres procesiones, y en sectores algo distantes unos de los otros. Así también, en algunas parroquias se reza la Novena por motivo de la Fiesta de Nuestra Señora de El Buen Suceso, el día 2 de febrero. 


Las gracias que emanan del Rosario de la aurora que se origino en Quito hace 400 años se irradian hoy en varias regiones del país (Milagro, Santa Elena, Guayaquil)



Otro medio de difusión, son las visitas a los hogares con una pequeña Imagen réplica de la original. Más de mil familias han recibido en sus casas tal augusta visita, recibiendo con toda seguridad muchos y enormes buenos sucesos de parte de la Reina de los Cielos y de la Tierra.



Mas de 3'000.0000 de volantes repartidas
en las calles principales de Quito
Además, la difusión de un librito, estampas, rosarios, y hojas volantes, con la historia  de las Revelaciones de Nuestra Señora de El Buen Suceso, en calles, plazas y sitios públicos, y la emisión de programas en la radio en directo, - todos los Viernes por Radio la Voz de María, 88.1 FM, Guayaquil.

 En los ultimos años han sido repartidos 150.000  mil rosarios en la tradicional procesión del 2 de febrero en Quito.

Cabe resaltar que tales actividades, a la par de los grandes esfuerzos que exigen de nosotros, han sido ocasión de singulares gracias, y corresponden a un compromiso hecho por el Dr. Plinio en 1979 a la entonces Superiora del Monasterio, Reverenda Madre Rosario, cuando le comunicó en una carta que podía ella contar siempre con sus discípulos, especialmente en los traslados de la Sagrada Imagen (desde la Clausura a la Iglesia perteneciente al Convento y viceversa, en los meses de Enero - Febrero, Mayo y Octubre).


Así, al transmitir su compromiso al “Grupo” (modo simplificado de referirnos a nuestra familia de almas), el Dr. Plinio usó las siguientes palabras: “Es cuestión de vida o muerte cumplir con aquello de muy buena forma! [...], hago de esto una cuestión de honra para el ‘Grupo’ no sólo de Ecuador sino de todo el mundo”.



En sus Apariciones a la Venerable Madre Mariana de Jesús Torres, benemérita cofundadora del Monasterio de la Inmaculada Concepción de Quito, Nuestra Señora de El Buen Suceso profetizó acerca de la marcada “decadencia de la fe y de la moral” en nuestros días y del papel que tendría en los tiempos actuales esa invocación:


“Es voluntad de Dios reservar esta invocación y tu vida, le dijo Nuestra Señora a la Madre Mariana en determinada ocasión, “para aquel siglo, en el que la corrupción de las costumbres será casi general y la luz preciosa de la Fe estará casi extinguida. Mi culto – prosiguió la Santísima Virgen – bajo la invocación de El Buen Suceso...será la sustentación y salvaguarda de la Fe ante la casi total corrupción del siglo XX”. ante el aparente éxito de los enemigos de la Iglesia, finalmente María Santísima predice la derrota de éstos y el triunfo de la Reina de las Victorias, así como también el reflorecimiento de la Iglesia: “Y alegre y triunfante cuál tierna niña, resurgirá la Iglesia y se dormirá blandamente mecida en manos del hábil corazón maternal de mi hijo elegido, muy querido de aquellos tiempos”.

Con vistas a ese triunfo de María Santísima, y con el paso resuelto, marchamos con la certeza de la victoria de Ella, que el Dr. Plinio siempre nos infundió.

Prof. Plinio Corrêa de Oliveira a inicio de los 80s cuando una réplica de Nuestra Señora de El Buen Suceso visitó São Paulo Brasil


*Según el sentido que el Dr. Plinio da a ese término en su célebre ensayo Revolución y Contra-Revolución

jueves, 24 de mayo de 2018

Nuestra Señora Auxiliadora

Objetivos de la institución de la fiesta de Nuestra Señora María Auxiliadora 

La fiesta de Nuestra Señora Auxiliadora fue instituida por Pío VII por el Decreto de 16 de septiembre de 1816. Esa institución es la última y de las más afectuosas confirmaciones de la profecía de la propia Madre de Dios: “Y todas las generaciones me llamarán bienaventurada”.
La finalidad de la Iglesia, instituyendo esta fiesta, fue principalmente:
1) celebrar un acontecimiento de los más notables de la historia del catolicismo, en el que María de un modo patente mostró su poder;
2) aumentar en los fieles la confianza en María Santísima.
El acontecimiento fue el siguiente: Napoleón, que sólo respetaba leyes y tradiciones cuando le convenía, detestaba al Papa Pío VII por haberse negado a declarar inválido el matrimonio de Jerónimo Bonaparte, legítimamente casado con una protestante, hija de unos comerciantes de América del Norte.
Sin darse el trabajo de buscar un pretexto plausible, mandó al general Miollis ocupar Roma en su nombre, declarando: “Siendo emperador de Roma, exijo la restitución del Estado eclesiástico, donación de Carlomagno. Declaro finalizado el Imperio de los Papas”. Pío VII protestó contra esta arbitrariedad inaudita, y en la noche del 10 al 11 de junio de 1809, aparecía fijada en la puerta de la basílica de San Pedro la bula de excomunión contra el usurpador del trono de Francia.

Pío VII hecho prisionero por el general Radet
En esa misma noche, a las 2 de la madrugada, el general Radet forzó el palacio del Quirinal, donde encontró al Sumo Pontífice, con todos sus ornatos pontificios, sentado en uno de los inmensos salones del palacio abandonado, teniendo a sus pies al Cardenal Pacca.
El general Radet, sintiéndose criminal, a pesar de que allí había ido para arrestar al Santo Padre, dijo con voz temblorosa: “Me corresponde la ejecución de un orden muy desagradable: habiendo, sin embargo, prestado juramento de fidelidad y obediencia a mi emperador, debo cumplirla: en nombre del emperador os declaro que debéis renunciar al gobierno civil de Roma y a los Estados eclesiásticos y si a eso os negáis, os llevaré al general Miollis”.
Pío VII respondió con voz firme y tranquila: “Juzgad de vuestro deber ejecutar las órdenes del emperador, a quien juraste fidelidad y obediencia. Debéis comprender de qué modo estamos obligados a respetar los derechos de la Santa Sede, que a ellos nos ligamos por tantos juramentos. No podemos renunciar a lo que no nos pertenece; el poder temporal pertenece a la Iglesia Católica y nosotros somos sólo su administrador. El emperador puede descuartizarnos, pero de lo que nos pide nada le daremos”.
Radet condujo al Sumo Pontífice y al Cardenal Pacca a un carruaje. El calvario del Augusto Anciano, que había empezado con la invasión de Roma, estaba aún en su inicio. Todas las personas que rodeaban al Sumo Pontífice, y merecían su confianza, habían sido apartadas, para que el aislamiento aumentase aún sus angustias. El Breviario le fue prohibido.
El Viejo Representante de Cristo en la tierra no fue conducido al general Miollis, pero su prisión rodante tomó el camino de Francia. A medida que la noticia del paso del Sumo Pontífice se explayaba, las poblaciones acudían a lanzarse a los pies de Su Santidad, y Pío VII, por la ventana de su carruaje, bendecía a los fieles.
La alimentación, sin embargo, de los prisioneros, como los denominaron los masones de Francia, era tan escasa, que Su Santidad, debilitado, cayó gravemente enfermo.
Fue durante sus tribulaciones, estando Pío VII moribundo en Savone, y los enemigos de la Iglesia a hablando sobre el último de los Papas, que fue hecho el voto de Pío VII de coronar solemnemente a Nuestra Señora.
En 1812 el Papa fue transportado a París, donde sufrió los mayores vejámenes. Inesperadamente, sin embargo, las cosas cambiaron. Napoleón perdió la batalla de Leipzig, y tuvo poco tiempo después que firmar su abdicación en el mismo castillo en que mantenía prisionero al Sumo Pontífice.

Retorno de Pío VII a Roma, 24 de mayo de 1814
Pío VII volvió inmediatamente a Savone, donde, en presencia de SS. MM. la reina de Etruria y el rey de Cerdeña, y de un número enorme de cardenales, coronó la imagen de la Madre de Misericordia, haciendo luego su solemne entrada en Roma, entusiasmadamente aclamado por la multitud.
Mientras el Papa volvía al pleno goce de sus derechos, Napoleón esperaba en Santa Helena la hora de rendir cuentas a Aquel que no se apresura a tomarlas.
Pío VII atribuyó la victoria de la Iglesia sobre las fuerzas de la Revolución, a la poderosa intercesión de María Santísima. Y a los católicos, hoy tan perseguidos en tantos países, es prudente recordar que si aún hay perseguidores vulgares como Napoleón, la Madre de Dios también sigue siendo la misma dispensadora de gracias.
Solemne entronización de la imagen de Nuestra Señora Auxiliadora, en la entonces sede del Consejo Nacional de la TFP brasileña, y actualmente sede del Instituto Plinio Corrêa de Oliveira


Video


María Auxiliadora en su Basílica de Turín

Plinio Corrêa de Oliveira, Legionario, 21 de mayo de 1939


Mayo del 68: Rebelión radical contra los valores de la Cristiandad: 50 años después, ¿qué quedó?

Mayo del 68: la “Revolución cultural” de la Sorbona que está derribando los últimos escombros de la civilización





París  Cuando terminó la Revolución de Mayo de 1968, las apariencias engañaban. Las barricadas en las calles París estaban deshechas, los adoquines vueltos a colocar en las calles, disipado el gas lacrimógeno de la policía, desaparecidos los clamores de apoyo a de Gaulle en la avenida de los Champs-Elysées, las elecciones legislativas barriendo a los izquierdistas y dando una aplastante mayoría al gobierno gaullista conservador. Todo hacía creer que el orden antiguo había vencido y que los rebelados habían perdido el desafío.

Groso error. Los estudiantes de la Sorbona y de Nanterre habían engendrado una nueva forma de ser revolucionario que llevara a cabo el fin que tenían en vista: el poder político quedaba en manos de los viejos, mientras los jóvenes anarquistas comenzaban a cambiar la manera de ser y de vivir.
Mayo del 68 dio vuelta a la sociedad como se da vuelta una mesa: todo saltó por los aires. Herida de muerte en su célula madre, la familia, y subvertida en su finalidad última, la sociedad está agonizando.

El análisis racional de la realidad, apoyada en el sentido común, dio lugar a la fantasía de la sensibilidad exacerbaba y a la pérdida de la luz de la razón. Esa locura destructiva penetró incluso en los sagrados recintos de la Iglesia como si fuera una “humareda de satanás“, conforme la propia expresión de Paulo VI.


Anarquistas ayer, burgueses hoy


Esa autocelebración de la Revolución de la Sorbona constituye un auténtico delirio.
Daniel Cohn Bendit cuyo apodo era ¨Dani el rojo¨

No hay emisión de TV en que no aparezca Daniel Cohn Bendit, líder estudiantil en el 68 y hoy diputado europeo ecologista. Decenas de libros y álbumes invadieron las librerías, memorias, análisis, revelaciones. Todos los órganos de prensa lanzaron números especiales conmemorativos, con reediciones de artículos de la época. Muchos diarios relataron el día a día de los acontecimientos de hace 30 años.

La explicación de ese frenesí es simple.

El viejo orden burgués de post-guerra ya está en el basurero de la Historia. Los revolucionarios del 68, hoy con más de cincuenta años, están en el poder, en la política, en los medios, en las empresas privadas importantes y en las estatales, mientras sus ideas subversivas van destruyendo los últimos escombros de la civilización.

De ese modo ellos organizan la celebración de sus delirios de la juventud.


Desde las meras tendencias revolucionarias a los hechos

La revolución de Mayo del 68 no tenía un programa explícito: una de sus características era, precisamente, contestar todo -en el sentido de contestatario- pero no proponer nada. Era sobretodo un grito de rebelión contra todos los poderes, contra todos los deberes, a favor de una pseudo-espontaneidad y de la manifestación directa de las masas.

Es verdad que los estudiantes rebelados se referían a Marx y al marxismo, pero la revolución estalinista no gozaba de sus preferencias. Mao-Tse-Tung era destacado en virtud de la revolución cultural china: invocando ese rótulo, cuya realidad en China consistió en masacres de millones de personas, los sorbonianos querían cambiar la vida e imponer a toda la sociedad, en los hechos, una auténtica revolución de las tendencias.

Otros gurúes fueron puestos de moda en el 68, como el seudo-filósofo germano-americano Herbert Marcuse. Además, las objetables teorías freudianas fueron invocadas como pretexto para la liberación sexual, el hedonismo, el gozo desenfrenado y también para combatir las estructuras de la familia y los preceptos de la Religión.

Por lo demás, fue la misma revolución la que impulsó el Movimiento de Liberación Feminista en Francia, cuyas iniciadoras eran miembros de un pequeño grupo maoísta, como así también a los varios movimientos de reivindicación de los derechos de los homosexuales, el primero de los cuales se denomina Frente homosexual de Acción Revolucionaria.




Liberación de las costumbres, destrucción de la familia

Esa revolución destruyó el sistema de enseñanza, la familia, el matrimonio. Fue un dar vuelta la mesa que derribó el orden político, social y moral vigente en el período de la post-segunda guerra mundial.

Fue la revolución que suscitó la rebelión contra la moral católica y hasta la idea de que el matrimonio cambió radicalmente. En efecto, durante los treinta años posteriores el divorcio se generalizó (hoy en Francia es más frecuente que un niño tenga padres divorciados que legítimamente casados). También pasaron a tener libre curso la anticoncepción, el aborto y el homosexualismo. Falta “tan solo” la legalización del “matrimonio” homosexual.

Uno de los frutos amargos de esa revolución es la desesperación y su consecuencia, el suicidio, cada vez más frecuente.

Mayo de 68 fue la insurrección insolente de una generación que, aún vistiendo traje y aún de cabello corto comenzó a arrojar adoquines contra la policía, antes de ser inventada la vuelta a la naturaleza, el pacifismo, el pelo largo y sucio, los conciertos rock, la vida en comunidades alternativas y el uso habitual de drogas.





No una revolución fracasada,
sino auténtica revolución cultural exitosa.

Algunos de los famosos eslóganes pintados en los muros de la Sorbona y  de otras universidades de París dan testimonio del espíritu del 68: la rebelión, lo absurdo, lo irracional, lo espontáneo y lo utópico erigidos en sistema.

Tome sus deseos por realidades

Sea realista, exija lo imposible

Prohibido prohibir

Gozar sin frenos

Corre camarada, el viejo mundo está quedando hacia atrás

Burgués, tú no entiendes nada

Ni esclavizado ni robotizado, ni trabajo ni ocio

La imaginación al poder

Ni Dios ni maestro

La Sorbona en las tendencias, en las ideas, en los hechos

El Prof. Plinio Corrêa de Oliveira, en su obra magna Revolución y Contra-Revolución, describe, con diez años de anticipación, cual sería el papel de la Sorbona y de los 30 años siguientes, en el contexto de la gran crisis del hombre occidental y cristiano:

La primera [profundidad de la Revolución], es decir, la más profunda, consiste en una crisis en las tendencias. Esas tendencias desordenadas por su propia naturaleza luchan por realizarse, no conformándose ya con todo un orden de cosas, que les es contrario; comienzan por modificar las mentalidades, los modos de ser, las expresiones artísticas y las costumbres, sin tocar, al principio, de modo directo -habitualmente, por lo menos- en las ideas.

De esas camadas profundas, la crisis pasa al terreno ideológico (…) Así, inspiradas por el desarreglo de las tendencias profundas, irrumpen nuevas doctrinas. Ellas procuran a veces, al principio, un modus vivendi con las antiguas, y se expresan de tal manera, que mantienen con éstas un simulacro de armonía, el cual habitualmente no tarda en romperse en lucha declarada.

Esa transformación de las ideas se extiende, a su vez, al terreno de los hechos, donde pasa a operar, por medios cruentos o incruentos, la transformación de las instituciones, de las leyes y de las costumbres, tanto en la esfera religiosa cuanto en la sociedad temporal. Es una tercera crisis, ya enteramente en el orden de los hechos”. (Op. cit., Parte I, cap. V).

Crisis mundial y castigo divino

La Sorbona se transformó en el símbolo de la revolución del 68.

Sin embargo, esa revolución no se vivió solo en París y en Francia en general. Hubo manifestaciones estudiantiles también en México y en las universidades de California.

Los Estados Unidos, forzados por la presión interna a abrir negociaciones con los comunistas vietnamitas, perdieron la voluntad de ganarles la guerra.

En Praga, la rebelión contra el sistema soviético no fue sino la prefigura de la caída del muro de Berlín. Los optimistas pensaron que se trataba del fin del peligro rojo, sin entender esa metamorfosis del comunismo: la destrucción del Estado y del partido como condición previa para destruir la sociedad.

La generación de los 20 años, en 1968, creció en edad en las décadas del progreso material triunfante y de la euforia: conquista del Cosmos, aumento del poder adquisitivo y vacaciones pagadas, progreso en la medicina, desarrollo de la televisión y de la informática.

En todo el mundo occidental esa generación estaba convencida de que la rebelión solo podría conducir al éxito, que la utopía estaba al alcance de la mano
En treinta años, la generación del 68 obtuvo la victoria: el mundo cambió completamente y parece que de un modo definitivo. ¿Habrá encontrado la felicidad?

¡No! ¡La mesa dada vuelta en el 68 no volvió a ser colocada derecha!

El mundo occidental, sumergido en una crisis multiforme creciente, parece próximo a zozobrar. Las naciones europeas se suicidan, en la medida en que abandonan sus soberanías, para realizar la utopía de la Europa unida. La familia tiende a desaparecer como institución, la práctica religiosa declina sensiblemente y el clero disminuye asustadoramente. El fanatismo islámico constituye una creciente amenaza para el Occidente decadente, como otrora lo fueron los bárbaros para el Imperio Romano.

Ante el auge de mal y de pecado, la Justicia Divina no podrá dejar de intervenir a su vez. Serán castigos purificadores.

Referencia: Artículo tomado de la Revista¨Catolicismo¨ No. 809 (San Pablo, Brasil) en su edición de Mayo del 2018

lunes, 7 de mayo de 2018

Cardenal Mindszenty martir de la fe y ejemplo de resitencia católica ante los embates comunistas



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Liberación del Cardenal Mindszenty , durante el levantamiento
anticomunista.

La Gloria, la Alegría y la Honra... de defender a la Iglesia Católica, Apostotolica y Romana !

Hace 50 años, el 8 de febrero de 1949, el régimen comunista de Hungría condenaba a cadena perpetua al Cardenal Josef Mindszenty, arzobispo de Esztergom y primado de Hungría, acusado de "alta traición, espionaje, amenaza a la seguridad del Estado y tráfico de divisas". Los comunistas intentaban así aniquilar y enterrar definitivamente la figura de un Purpurado que se caracterizó, durante toda su vida, por una firme denuncia del marxismo y por rechazar cualquier forma de acuerdo o entendimiento con el régimen revolucionario.
Auténtico Pastor dispuesto a dar la vida por sus ovejas

Sin embargo, los comunistas se equivocaron en sus siniestros cálculos y fue el efecto inverso lo que se produjo. La heroica resistencia del Cardenal Mindszenty hizo que su estatura moral fuese creciendo con la adversidad y con las torturas sistemáticas de que era objeto, hasta transformarse en un símbolo de los católicos anticomunistas no sólo de Hungría sino del mundo entero. Fue él un auténtico Pastor dispuesto a dar la vida por sus ovejas.


Brillante carrera eclesiástica

Resultado de imagen para Cardenal Mindszenty
Cardenal Josef Mindszenty, arzobispo de Esztergom y primado de Hungría
Veamos algunos trazos de su admirable biografía. Joseph Mindszenty nació el 29 de marzo de 1892 en el seno de una familia campesina de Mindszent, un pueblo cerca de la frontera con Austria. Fue ordenado sacerdote el 12 de junio de 1915, Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, destacándose por una intensa actividad pastoral, y escribiendo artículos para los diarios. Rebeldes comunistas lo encarcelaron por dos meses en la primavera de 1919. En marzo de 1944 fue nombrado obispo de Veszprém, siendo aprisionado por los nazis desde noviembre de ese año hasta abril de 1945. El 2 de octubre de 1945, Pío XII lo nombra arzobispo de Esztergom, sede Primada de Hungría, y el 18 de febrero de 1946 lo hace Cardenal. Al entregarle el capelo cardenalicio, el Papa le dice en tono profético: entre los Purpurados presentes "tú serás el primero a sufrir el martirio, simbolizado por este color púrpura"...

Largo via crucis

Dos años más tarde, en 1948, comenzará el largo via crucis del Purpurado. En este año los comunistas expropian las escuelas, inclusive las católicas. La firme y pública oposición del Cardenal Mindszenty a dichas medidas lo convierte en un blanco prioritario del régimen, que intentará de todos los modos posibles quebrar, destruir y relegar al olvido la figura del eminente Purpurado que ha conseguido catalizar en torno de sí las sanas reacciones anticomunistas del pueblo magiar.


Aprisionado, torturado, condenado

En la Navidad de 1948, el Cardenal es arrestado y sometido a 33 días de torturas, humillaciones e interrogatorios extenuantes, tras los cuales anuncia a sus carceleros que firmará la "confesión completa" de sus supuestos crímenes, por ellos exigida para cesar las torturas. Pero junto a su firma ha añadido las iniciales "c.f.", en latín "coactus feci", que significa: hecho bajo coacción. Él ya había tomado la precaución de advertir a sus hermanos en el Episcopado en carta escrita el 20 de diciembre, seis días antes de su detención, que consideraran nula o inválida cualquier declaración suya en caso que fuese encarcelado.


Cadena perpetua

El 8 de febrero de 1949, tras un proceso-farsa que duró sólo tres días, el Cardenal es condenado a cadena perpetua por "alta traición, espionaje, amenaza a la seguridad del Estado y tráfico de divisas". Se hizo célebre una fotografía del Purpurado que lo muestra en el banquillo de los acusados con la mirada aterrada, pero inquebrantable en su decisión de cumplir el deber hasta el fin.
Mindszenty farsa de julgamento por comunistas
Cardenal Josef Mindszenty senta en el banquillo de los acusados

El Cardenal Mindszenty permanece preso durante ocho años, hasta el levantamiento del pueblo húngaro contra la ocupación soviética, en octubre de 1956. Pero su libertad dura sólo cuatro días, pues el 4 de noviembre dicho levantamiento es aplastado por tanques soviéticos.


Largo cautiverio en la Embajada norteamericana


El Cardenal se ve forzado a pedir asilo político en la embajada de los Estados Unidos en Budapest. Comienza así un largo cautiverio de 15 años dentro de la propia representación diplomática 
durante el cual los norteamericanos le prohibieron el contacto con cualquier persona, hasta con los propios funcionarios.


Sin embargo, la figura del Purpurado continúa creciendo con la adversidad. A ese respecto, comenta el eminente pensador católico Prof. Plinio Corrêa de Oliveira en uno de sus artículos sobre el Cardenal húngaro, titulado "La gloria, la alegría, la honra":

"Como columna solitaria en medio de las ruinas de su Patria, Mons. Mindszenty permanecía de pie dando continuidad, con su conducta, a las grandezas religiosas y nacionales del reino de San Esteban y preparando con su ejemplo la resurrección de su pueblo. Al menos consolaba al Cardenal el apoyo valiente, firme, continuo, de Pío XII. Sin duda, él tampoco desconocía que era blanco de la admiración conmovida de la Cristiandad. Y, con tan firmes cimientos, esa columna altanera iba enfrentando ilesa, a lo largo de los años, las borrascas y los soles".


Paulo VI le solicita que parta al exilio

Fallecido Pío XII, añade el mencionado autor, "en vastos sectores católicos la tendencia a la colaboración con el comunismo fue haciendo menguar la admiración hacia el gran Cardenal". En ese contexto, Paulo VI le pide que renuncie a su aislamiento en medio de las ruinas de Hungría, y acepte el exilio. El gran Cardenal obedece, partiendo al destierro el 28 de septiembre de 1971. Abandonar para siempre su patria y su arquidiócesis fue el hecho "que le provocó el dolor más grande de su vida", afirma la agencia romana Zenit en reciente cable desde Budapest, rememorando esos hechos históricos.

El Cardenal Mindszenty y Montini

"Nunca la voz de Pedro se mostró más poderosa que al poner de rodillas a aquel varón altanero a quien ni la presión conjunta de Moscú y de Washington había conseguido doblegar", afirma por su parte el Prof. Corrêa de Oliveira en su citado artículo. (C. A. Nosotros no diríamos "la voz de Pedro", ya que la de Montini no lo era, por ser él un usurpador, sino la voz de un "hereje traidor").

Pablo VI le da como residencia una torre austera y solitaria en los Jardines del Vaticano. Después de una breve estadía en Roma, Mons. Mindszenty parte a Viena desde donde proyectará sobre la patria cercana su influencia bienhechora.


Viena: presiones contra el Cardenal

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Cardenal Mindszenty confesando
En sus "Memorias", el Cardenal narra los objetivos pastorales por él trazados para sus actividades en Viena: "Pastorear centenas de millares de húngaros en el exilio; advertir a la opinión pública mundial sobre los peligros del bolchevismo, con la publicación de mis memorias; y, siempre que me sea posible, interesarme por la trágica suerte de la nación húngara".
"Comienza entonces la persecución", analiza Plinio Corrêa de Oliveira en otro artículo sobre la admirable figura del Cardenal Mindszenty, titulado "Como quiere Budapest", donde enumera varios hechos en ese sentido, tomados de las propias "Memorias" del Cardenal.


Ejemplos históricos

Por su interés histórico, mencionamos algunos de esos ejemplos.

* Mons. Mindszenty pide que le sea devuelta la facultad de indicar sacerdotes para las comunidades húngaras en el extranjero. Amarga decepción: el pedido es rechazado por el Vaticano para no "incomodar al régimen de Budapest", según asevera el Cardenal.

* Con el mismo fin de "no incomodar al régimen de Budapest" la Santa Sede da un paso más, determinando que todas las declaraciones públicas del gran Prelado sean sometidas a un consejero indicado por Roma. Mons. Mindszenty responde que las someterá "sólo al Santo Padre, quando éste explícitamente lo pida".

* Facilitando la política de Roma, los obispos húngaros nombrados por Paulo VI -pero enteramente sujetos al gobierno húngaro- comienzan a multiplicar junto a la Santa Sede protestas contra las actividades anticomunistas de Mons. Mindszenty. Estalla entonces una sorpresa-bomba: la Nunciatura en Viena informa al Cardenal que la Santa Sede había dado una garantía al gobierno comunista húngaro, durante las tratativas de 1971 que conducirían al Purpurado al exilio, de que una vez puesto en libertad éste nada podría decir que contrariase las conveniencias de Budapest. Esta garantía, otorgada a ocultas del Cardenal, violaba lo más esencial de un acuerdo que estaba siendo negociado entre éste y el Vaticano.

A ese respecto, comenta Plinio Corrêa de Oliveira: "Mediante tal concesión al gobierno húngaro, Paulo VI empleó la autoridad conferida por Nuestro Señor Jesucristo a San Pedro, con el fin de forzar al Cardenal a no contrariar los planos del imperialismo comunista. Las llaves de Pedro funcionando según los deseos de ateos, perseguidores implacables de la Religión: ¿qué es esto sino una bomba, probablemente la mayor bomba en la Historia de la Iglesia, desde Pentecostés hasta hoy?"


La destitución del Cardenal Mindszenty

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Cardenal Cardenal Mindszenty y papa Paulo XI
Pero lo peor estaba para suceder, añade: "Algún tiempo después, Paulo VI escribió al Cardenal Mindszenty pidiéndole que renunciase a la archidiócesis de Esztergom. El Cardenal se negó y Paulo VI lo destituyó. Un trago particularmente amargo: la carta de dimisión fue entregada al Cardenal precisamente en la fecha en que se conmemoraba el 25o. aniversario de su glorioso encarcelamiento por los comunistas"...


Gloria de la Iglesia, honra de quienes continúan la lucha anticomunista


Concluye Plinio Corrêa de Oliveira en artículo escrito poco después de la destitución del Cardenal Mindszenty:


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Profesor Plinio Corrêa de Oliveira

"Las manos más sagradas de la tierra estremecieron hasta los cimientos aquella columna y la tiraron, partida, al piso. Mons. Midszenty ya no es más Arzobispo de Esztergom. El sacrificio llegó al fin, y el Pastor ha dado todo de sí.

"Mas, ¡oh, vana ilusión de los hombres! Si cayó el Arzobispo al perder su diócesis, creció hasta las estrellas la figura moral del Pastor que da la vida por sus ovejas. Al contemplar el ejemplo de esta figura grandiosa, todos los católicos anticomunistas del mundo -todos los católicos genuinos- nos embebemos de aliento, de fuerza, de esperanza invencible. Y nuestra aclamación sube hasta la gran víctima: 'Tu gloria Jerusalem, tu laetitia, Israel, tu honorificentia populi nostri' (Judith 15, 10). ¡Eres tú la gloria de la Iglesia, eres tú la alegría de los fieles, eres tú la honra de los que continúan en la lucha sacrosanta!".


El Cardenal Mindszenty falleció a los 83 años, el 6 de mayo de 1975, y la Iglesia ha abierto su proceso de beatificación. Sin duda, nuestros hermanos Católicos chinos, quienes se encuentran en una situación analoga en nuestros tiempos, encontraran en él un seguro intercesor en el Cielo y un admirable ejemplo de santa intransigencia anticomunista.


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La historia le restituye la honra al heróico Cardenal Mindszenty